El camino al corazón de un cliente es a través del teléfono

No puedo ni imaginar la cantidad de veces que hago una llamada y no consigo hablar con una persona en persona. Los contestadores automáticos que te dicen que marques esta extensión o que dejes un mensaje en horario laboral se usan con más frecuencia, y la interacción humana es cada vez menor. ¿Tiene esto alguna ventaja? Claro, probablemente ahorras dinero. Pero si de verdad ahorras, también pierdes.

¿Qué estás perdiendo? En resumen: clientes.

¡La gente real quiere hablar con gente real! ¡Por eso te llaman! Necesitan tus servicios. No te conviertas en alguien que deja escapar a un cliente potencial solo porque hay un contestador automático. ¿Te has preguntado alguna vez cuántos clientes potenciales has perdido por no contestar el teléfono? Seguro que mucha gente deja mensajes, pero de los que los han dejado, ¿cuántos ya han contactado con otra empresa... una empresa que tenía a alguien contestando? Seguro que esto pasa a menudo. No conozco a nadie que se dedique a regalar dinero, pero es lo que pasa. Puede que no sea tu intención, pero pasa. Quien contesta recibe la llamada. No comprarías un coche sin hablar con una persona real; comprarías uno en el concesionario que contesta y te da la atención necesaria. Lo mismo ocurre en el sector servicios.

Estás ocupado y no puedes atender todas las llamadas que entran, lo entiendo, pero quizás quieras considerar reservar ciertas horas del día para devolver la llamada en tu mensaje saliente. Pero incluso esta opción deja a la persona con la opción de contactar a otra. La persona al otro lado del teléfono decidirá si desea tus servicios o no en los primeros minutos de la conversación. Si no contestas o tardas demasiado en responder a tu cliente, este ya está buscando otra empresa en tu lugar.

En esta era de teléfonos y computadoras tecnológicamente avanzados, todavía hay algo que superas a las máquinas: ¡ESTÁS VIVO! La gente quiere interacción humana.

¿No es hora de volver a hacer negocios a la antigua usanza? Es tan sencillo como contestar el teléfono.